sábado, 11 de junio de 2016

Elena García

Tras casi dos décadas de trabajo en investigación robótica aplicada a la industria, Elena García Armada, científica titular del Centro de Investigaciones Científicas (CSIC), orientó su carrera a mejorar las condiciones de vida de niñas y niños en silla de ruedas, y diseñó, el primer exoesqueleto pediátrico del mundo.
Se trata de un robot que permite caminar a menores víctimas de lesiones medulares incluida la tetraplejia.

           
Los robots llegan para mejorar nuestra vida, no para rebelarse contra nosotros’

¿Qué es y para qué sirve un exoesqueleto biónico?

Es un robot, pero parece una especie de pantalón mecánico que cubre hasta el torso. Pesa 9 Kilos y tiene unos motores a la altura de las articulaciones que hacen que se muevan las piernas.
La persona decide qué quiere hacer(caminar,sentarse,levantarse) y el exoesqueleto lo interpreta y la hace moverse. Con él, personas sin movilidad en sus piernas a causa de un accidente o una enfermedad pueden caminar.

¿Cómo funciona el exoesqueleto? ¿Cómo se logra que a través de unos sensores el robot entienda lo que quiere el usuario?

Puedes interpretar manifestaciones de intención de la persona, pero luego, lograr que  dé un paso depende de modelos matemáticos. La robótica es mucha matemática. Esos modelos tratan de identificar cómo se mueve una persona sana para reproducir ese movimiento que previamente has estudiado y programado. Las formas de detectar la intención del usuario son múltiples




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